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Enseñanza en progresión: mejora tu competencia lectora.

Enseñanza en progresión: mejora tu competencia lectora. 

¿Cómo enseñar las estrategias necesarias para mejorar la comprensión lectora?

La enseñanza en progresión incluye el término progresión para referirse a progresión de los alumnos en el aprendizaje o perfeccionamiento de la competencia lectora. Ésta puede entenderse como los sucesivos estados por los que pasa un estudiante en la evolución de sus ideas, como los distintos momentos o etapas en el desarrollo de determinadas estructuras cognitivas, o como la superación de determinados obstáculos o dificultades en el aprendizaje.

Toda situación de aprendizaje pone en juego dos procesos bien distintos: un proceso de adquisición y un proceso de aprendizaje. El primero, el proceso de adquisición es entendido como una interiorización de conocimientos y destrezas. Se trata de un proceso cognitivo que es en gran medida inconsciente. El segundo, el proceso de aprendizaje es por el contrario, observable, consciente y voluntario. Es decir, podría haber adquisición sin que se hubiesen realizado actividades de aprendizaje. Del mismo modo, no todo aprendizaje conlleva adquisición.

En un interesante y poco conocido trabajo, Collins y Smith (1980) asumen que es necesario enseñar una serie de estrategias para mejorar la comprensión lectora.  y proponen una enseñanza en progresión a lo largo de tres fases. Según Solé (1992), el modelo para la enseñanza en progresión que proponen Collins y Smith respeta los principios para instrucción de la comprensión lectora. En el modelo de enseñanza en progresión se asume que, como en cualquier contenido académico, el dominio de las estrategias de comprensión lectora requiere progresivamente menor control por parte del maestro y mayor control por parte del alumno.

Enseñanza en progresión: enseñar las estrategias necesarias para una buena comprensión lectora en 3 fases 

1. Fase de modelado. El profesor sirve de modelo a sus alumnos mediante su propia lectura. Lee en voz alta, se detiene de forma sistemática para verbalizar y comentar los procesos que le permiten comprender el texto (por ejemplo: hipótesis que realiza, índices en que se basa para verificarlas…) y comenta las dudas que encuentra, los fallos de comprensión y los mecanismos que utiliza para resolverlos, etc.

Explicar los propios procesos internos puede ser difícil, porque muchas veces no nos percatamos de que los realizamos, y además porque no estamos muy acostumbrados a hablar sobre ellos. Pero el aprendizaje de un procedimiento requiere como condición necesaria, que no suficiente, su demostración. En la enseñanza en progresión, se intenta hacer con la lectura lo mismo que se hace cuando explicamos la suma: exponer a los niños cómo procedemos para resolverla.

2. Fase de participación del alumno. En un primer momento, se pretende que el profesor dirija la participación del alumno de una forma más dirigida (por ejemplo, planteando preguntas). De esta manera se pretende que los alumnos sugieran por ejemplo, hipótesis sobre el contenido del texto. Progresivamente, factor fundamental de la enseñanza en progresión, se le da al alumno mayor libertad (por ejemplo, sugiriendo preguntas abiertas, o simplemente felicitando las opiniones de los niños y niñas). Es importante que el alumno participe en el uso de estrategias que van a facilitarle la comprensión de los textos.

Esta es una fase delicada, porque en ella se debe asegurar el traspaso progresivo de la responsabilidad y el control del profesor al alumno. No es que el profesor se inhiba, sino todo lo contrario. En la enseñanza en progresión, el profesor está ahí para intervenir de forma contingente las necesidades de los alumnos, pero con la meta puesta en conseguir su realización competente y autónoma. Desde luego, exige unas ciertas condiciones, tanto el profesor como el alumno deben comprender que pueden darse errores, y ello no debe ser un impedimento para arriesgarse. Tampoco se trata de ser temerario, puesto que “todo no vale”. Lo importante en esta fase es que poco a poco las estimaciones de los alumnos se vayan ajustando con la ayuda adecuada del profesor. La idea de construcción conjunta y de participación guiada cobra aquí su máxima significación.

3. Fase de lectura silenciosa. En esta tercera y última fase, los alumnos tienen el objetivo de realizar por sí solos las actividades que en fases precedentes realizaron con la ayuda del profesor: fijar objetivos de lectura, predecir, hipotetizar, buscar y encontrar apoyo para las hipótesis, detectar y compensar fallos de comprensión, etc. Es importante tener en cuenta que incluso en esta fase se le pueden proporcionar ayudas al alumno. No obstante estas ayudas son distintas: ofreciéndole textos preparados que obliguen a realizar determinadas inferencias; con errores para solucionar; variando los tipos de texto que se presentan.

Por lo tanto, es importante tener en cuenta que las consecuencias de una pobre destreza lectora son de largo alcance y trascienden al individuo. No sólo impiden el éxito académico, sino que favorecen el abandono de los estudios, condicionan la calidad del empleo en la vida adulta y merman la adquisición de información y la participación ciudadana. Por lo tanto, es esencial potenciar, perfeccionar y mejorar la competencia lectora en la medida de lo posible, en este caso usando la enseñanza en progresión.

Autor: Dr. Jaume Guilera

Referencias bibliográficas:

Collins, A., & Smith, E. E. (1980). Teaching the process of reading comprehension.

Solé, I. (1992). Estrategias de lectura. Graó.

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