Niños autistas ¿Cómo gestionar las conductas desafiantes?_Parte 1

Niños autistas ¿Cómo gestionar las conductas desafiantes? – Parte 1

Niños autistas ¿Cómo gestionar las conductas desafiantes?

Estallidos, rabietas, agresiones o auto-lesiones. Los niños autistas pueden presentar a veces reacciones desafiantes hacia su entorno. ¿De dónde viene ésta conducta? ¿Qué están intentando comunicar ? Y la más importante de las preguntas:  ¿cómo podemos ayudarles a prevenir estos ataques?

Primero de todo… ¿Qué es el autismo?

Los niños autistas, o el espectro autista en si, es un trastorno del desarrollo que afecta por un lado a la capacidad de desarrollar relaciones sociales y emocionales adaptativas; y por otro lado a la comunicación y el lenguaje. Los niños autistas suelen tener preocupaciones absorbentes y rituales compulsivos. A menudo presentan movimientos estereotipados como sacudir manos y dedos de un forma compleja.

Al trastorno se le ha llamado “espectro” porque existe una gran variedad de casos, todos los niños autistas son diferentes y especiales; pueden tener síntomas y gravedades diferentes.

¿Una relación difícil con el mundo?

Los niños autistas tienen dificultades para relacionarse con el mundo. Suelen tener problemas con el lenguaje y con la comunicación. Los niños autistas por ejemplo, no entienden las ironías o la metáforas. Otra característica de los niños autistas, es que tampoco suelen mirar a los ojos de las otras personas. Sus sentidos también suelen estar afectados: a veces perciben ruidos de forma exagerada (hipersensibilidad), y otras veces pueden ignorar completamente a personas que se encuentran justo delante suyo.

Concepto clave: El “eye-tracking” es una técnica de infrarrojos que usan los investigadores para seguir el recorrido de nuestra mirada. Varios investigadores como Swanson y Miller (2013) han demostrado a través del eye-tracking, que los niños autistas fijan la mirada durante menos tiempo que el resto de personas, y eso afecta a sus relaciones sociales.

¿Un trastorno muy emocional?

Según los investigadores Boraston y Blakemore (2007), el trastorno autista se define sobretodo por carencias sociales y emocionales, y no por el nivel de inteligencia (como anteriormente se había hipotetizado). Históricamente, se usaban tests de inteligencia para diagnosticar niños autistas; pero actualmente se calcula que el 20% de personas con autismo tienen un coeficiente intelectual superior a la media.

¿Estallidos?

Debido a todas estas carencias sociales, afectivas y sensoriales, el niño autista tiene problemas para solucionar situaciones de la vida cotidiana. Por ejemplo: algo tan fácil para nosotros como pedir un vaso de agua, puede convertirse en un mundo para los niños autistas. Esta incapacidad se convierte a menudo en miedo o ansiedad y desemboca en un comportamiento desafiante. Los niños autistas cuando se encuentran ante estas situaciones, no saben cómo reaccionar y la mayoría de las personas no les entienden. Esas situaciones les crean un alto nivel de ansiedad y nerviosismo que desconocen como controlar. Por eso, algunas veces reaccionan agresivamente, como protesta o como una respuesta a una ansiedad desadaptativa incontrolada. Sus reacciones pueden ser: un estallido, una rabieta, una agresión o simplemente negarse repetida y rotundamente a hacer una actividad.

¿Cómo podemos prevenir este tipo de conductas en el hogar?

Los padres y las madres son los mayores implicados en este tipo de reacciones. Las madres y los padres son quien mejor conocen a sus niños. Por lo tanto, son ellos los especialistas en el trastorno autista de sus hijos. Aun así, suelen enfrentarse a una gran variedad de síntomas y algunas veces cuentan con pocos recursos educativos para este tipo de problemas.

Según Bultas, Johnson, Burkett y Reinhold (2016), existen algunos recursos exitosos como el Programa de Parentalidad Positiva “Triple P” que ayuda a estimular la conducta deseada en los niños a través de una mirada positiva y de una participación activa del niño en el proceso de aprendizaje. El objetivo de los padres y el trabajo que ellos deben realizar es el de de estimular la conducta deseada del niño.

Autor: Dr. Jaume Guilera

Referencias bibliográficas:

Boraston, Z., & Blakemore, S.-J. (2007). The application of eye-tracking technology in the study of autism. The Journal of Physiology, 581(Pt 3), 893–8. http://doi.org/10.1113/jphysiol.2007.133587

Bultas, M. W., Johnson, N. L., Burkett, K., Reinhold, J. (2016). Translating Research to Practice for Children With Autism Spectrum Disorder: Part 2. Journal of Pediatric Health Care. 2016;30(1):27-37. http://www.medscape.com/viewarticle/857862?nlid=100967_425&src=WNL_mdplsfeat_160301_mscpedit_psyc&uac=170039EY&spon=12&impID=1007591&faf=1

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