ansiedad matemática

Ansiedad matemática y discalculia

La ansiedad matemática se define como las emociones negativas (miedo, distrés, tensión) que se generan ante la perspectiva de enfrentarnos a una tarea que implique el uso de las matemáticas. Sufrir ansiedad matemática tiene tres consecuencias principales:

  • primero: evitamos practicar cualquier ejercicio de matemáticas
  • segundo: no mejoramos  nuestras habilidades matemáticas
  • tercero: se genera un bajo rendimiento global en todas las tareas relacionadas con los números.

Este sistema provoca la aparición de lo que llamamos una profecía de autocumplimiento. Es decir, al hacerse realidad nuestros miedos, sobretodo de que no somos competentes en el uso de las matemáticas, nos volvemos incapaces en relacion a los números. Esta circunstancia puede tener consecuencias más graves, si tenemos un verdadero talento para las matemáticas, puesto que nunca llegamos a desarrollar una de nuestras habildades cognitivas innatas.

En las denominadas áreas de estudio STEM (siglas en inglés de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas), se ha visto una correlación clara entre la ansiedad matemática y  evitar una salida académica o profesional relacionada con este tipo de competencias (Daker, Gattas, Sokolowski, Green, & Lyons, 2021).

Por tanto, el cómo nos sentimos en relacion a las matemáticas, puede tener más peso que nuestra capacidad real en la toma de decisiones tan importantes como escoger una carrera profesional.

Eso sí, no hay que confundir la ansiedad matemática con la discalculia. La discalculia es una dificultad innata para aprender el cálculo numérico por problemas de procesamiento cerebral. El sufrir de ansiedad matemática no tiene por qué explicarse por la existencia de la discalculia, pero dicha ansiedad suele estar presente en la mayoría de personas diagnosticadas de discalculia.

Entrenamiento para superar la ansiedad matemática

 

Las modernas pruebas de neuroimagen nos pueden ayudar a comprender mejor la relación entre las matemáticas y la ansiedad. Estudios del cerebro con neuroimagen han demostrado que las personas que puntúan alto en la ansiedad relacionada con las matemáticas muestran una hiperactivación en la amígdala, es decir, al mostrarles cualquier estímulo relacionado con las matemáticas se activa la estructura cerebral que nos avisa de la existencia de un peligro.

La amígdala es la estructura del cerebro que reacciona delante de los peligros o los estímulos negativos. La fuerte reacción de la amígdala provoca una tormenta emocional ante los estímulos matemáticos. Esta reacción de activación actúa como reforzador negativo y provoca que de manera no consciente evitemos todo lo relacionado con las matemáticas. Al final, se crea una desconexión emocional con el placer de aprender matemáticas, y evidentemente, con todo lo relacionado con ellas.

Por ello, Pizzie, McDermott, Salem y Kraemer (2020) propusieron para superar este problema, utilizar estrategias de reevaluación cognitiva de la ansiedad matemática. Esta reevaluación cognitiva puede generar una disminución de la ansiedad cuando hay que estudiar matemáticas.

La idea central de esta terapia sería reestructurar cómo afrontamos situaciones que nos generen una alta respuesta emocional, y así evitar que la emoción acabe expresándose con toda su intensidad. Dicha intensidad se suele vivir como un estrés negativo. El estudio de Pizzie consistió en estudiar una muestra de 82 adolescentes y adultos, mientras hacían ejercicios matemáticos se midió su actividad cerebral con una resonancia magnética. Al final de la resonancia, los sujetos tenían que puntuar en el experimento lo difícil que creían que habían sido los ejercicios que resolver y también el grado de emociones tanto negativas como positivas que habían sentido al hacer los ejercicios. A partir de las puntuaciones y de las imágenes cerebrales se pudo ver el grado de ansiedad matemática de cada sujeto.

A un grupo se le dieron instrucciones para la reevaluación cognitiva en la regulación de sus emociones, con dos estrategias diferentes que podían utilizar:

  • Repensar el problema (distraerse unos segundos analizando su reacción para volver a pensar en ello).
  • Replantearlo (explicárselo a un amigo, por ejemplo).

La hipótesis consistía en que ambas estrategias ayudarían a pensar de manera más objetiva los problemas propuestos, y llegar a crear distancia emocional entre la ejecución del problema matemático y la respuesta emocional sobredimensionada.

Con estas estrategias (repensar el problema y replantearlo) se pudo observar una mejor regulación de las reacciones ante las emociones negativas provocadas por los estímulos matemáticos, y por lo tanto, se liberan recursos cognitivos que se pueden reorientar a otras actividades.

Los resultados obtenidos en la resonancia magnética fueron que las regiones cerebrales involucradas en la reevaluación cognitiva serían la corteza prefrontal dorsomedial y bilateral y el giro bilateral inferior, también con actividad en la corteza prefrontal izquierda (asociada al razonamiento analítico).

En cuanto al éxito en el uso de las estrategias de reevaluación cognitiva, los individuos que puntuaban alto en la escala de ansiedad matemática parecieron beneficiarse en mayor medida de las estrategias planteadas, ya que después de llevarlas a cabo, aumentaban su número de aciertos en los problemas matemáticos.

Eso sí, los autores matizan que el uso de estas reevaluaciones cognitivas podrían causar más problemas que beneficios a ciertas personas, ya que si se hace una tarea secundaria exigente para distraerse,  esta puede afectar al rendimiento en los siguientes problemas por agotamiento mental.

Conocimiento emocional, memoria visoespacial y aparato locomotor

 

Usando las estrategias de reevaluación cognitiva planteadas en el experimento anterior, podemos ayudar a mejorar el reconocimiento emocional en niños con estos tres simples pasos:

  • El reconocimiento de la emoción primaria.
  • Entender su causalidad: intentar entender las causas del miedo a las matemáticas o las consecuencias de fallar en el examen.
  • Nombrar las mismas emociones reconocidas en otros niños cuando se encuentran en la misma situación. Entender que nuestro miedo es compartido por otras personas y que no somos tan raros o diferentes como creemos.

También podemos ayudarles con estrategias directas, como aumentar el rendimiento matemático con en el entrenamiento en memoria visoespacial.

Este tipo de memoria requiere el crear una representación espacial interna de una figura cualquiera para poder mantenerla y manipularla.

 Judd y Klingberg (2021) comprobaron que un entrenamiento cognitivo en la memoria visoespacial afecta al aprendizaje matemático en niños. Concretando aún más, estos autores vieron que ejercitar la memoria de trabajo visoespacial (mantener la figura en la mente) tenía más efecto positivo que el entrenar la rotación de estas, con lo que los autores hipotetizaron que para que se produzca una transferencia del conocimiento en las matemáticas, la parte clave de los ejercicios sería intentar mantener la representación mental de la figura más que manipularla.

Por último, Cavadini, Richard, Dalla-Libera y Gentaz (2021) añadieron un factor también importante para poder evitar la ansiedad matemática: la actividad locomotora. Estos autores vieron que los niños que puntuaban más en conocimiento emocional tendían a tener mayor puntuación en ejercicios de matemáticas y tendían también a hacer más actividad física. En definitiva, el conocimiento de las emociones, la conducta social, la actividad locomotora y el rendimiento matemático están íntimamente relacionados, con lo que hay que tener en cuenta que es mejor trabajar todos estos factores de manera simultánea, más allá de dar pautas en practicar y repetir una y otra vez ejercicios numéricos o de álgebra para superar la ansiedad matemática.

Cómo aprendemos los números: papel de la corteza cerebral 

De la misma manera que las letras y palabras, los números son también representaciones simbólicas que el cerebro tiene que procesar y asignar un valor concreto. Además, tiene que combinar este símbolo con el resto de información disponible.

En cómo procesa los números el cerebro, la hipótesis más aceptada es que existirían regiones concretas en la corteza visual que responden a estímulos como los símbolos numéricos, especialmente en zonas de la corteza occipitotemporal más cercanas al giro fusiforme.

En el posterior procesamiento numérico, las áreas más implicadas serían el surco intraparietal bilateral (estructura implicada en cognición numérica y aritmética), giro frontal bilateral inferior frontal y el córtex cingulado anterior. Las dificultades en el procesamiento numérico en la primera infancia son un predictor importante para la aparición de discalculia en etapas posteriores (Budgen, Peters, Nosworthy, Archibald, & Ansari, 2021).

Otra estructura involucrada en el procesamiento numérico sería el hipocampo. Esta estructura participa en la codificación y recuperación memorística, activándose también a la hora realizar procesos aritméticos. Y en cuanto a los hemisferios cerebrales, a pesar de que haya gran cantidad de investigación en donde se presenta el hemisferio izquierdo como responsable del reconocimiento y procesamiento de las palabras y los números, todavía no se conoce con exactitud hasta dónde llega esta especialización hemisférica (Vogel & De Smedt, 2021).

Tampoco parecen existir diferencias ni de capacidad matemática ni funcionamiento entre hombres y mujeres. Algunos estudios en niños y niñas de cuatro a siete años parecen indicar lo contrario, porque los niños puntuaban más alto en tareas visoespaciales (definida como la capacidad de recordar la posición de los objetos en el espacio). Aunque estos hallazgos se matizaron porque entrevistando a los padres estos afirmaban jugar con más asiduidad con sus hijos varones a juegos que implicaban usar la memoria visoespacial. Por lo tanto, la diferencia en el rendimiento en estas tareas puede ser atribuida a una influencia sociocultural más que biológica (Kersey, Csumitta, Cantol, 2019).

Autor:

El Psicólogo General Sanitario, David Cueto Marcos, se formó en la Universidad de Oviedo y cursó un Postgrado en Psicopatología Clínica por la Universidad de Barcelona. Colabora desde hace años en CEPTECO (León) y en el Despacho Dr. Guilera (Barcelona) en áreas de aprendizaje infantil, dislexia y trastornos clínicos de ansiedad en adolescentes. Además colabora con la UB como tutor de prácticas y mantiene una actividad educativa y divulgativa desde diferentes blogs, como autor de libros y asesorando a diferentes colegios del área de Barcelona.

Acerca del blog:

Este blog ha sido creado por el Dr. Jaume Guilera, médico que trabaja en el campo de los trastornos del aprendizaje, con la intención de hacer un esfuerzo de divulgación acerca de los trastornos cognitivos más frecuentes en niños y adolescentes.  Los trastornos del aprendizaje en niños y adolescentes los abordo desde una perspectiva cognitivo-conductual. Mi trabajo lo desarrollo en colaboración con otros profesionales, desde una perspectiva multidisciplinar (psicólogos, pedagogos y médicos). La filosofía de trabajo es abordar cada caso individualmente según sus necesidades. Principalmente trabajo con trastornos del aprendizaje (Disléxia, Discalculia, Comprensión Lectora) y trastornos del neurodesarrollo (TDAH, Autismo).

Además colabora con la UB como tutor de prácticas y mantiene una actividad educativa y divulgativa desde diferentes blogs, como autor de libros y asesorando a diferentes colegios del área de Barcelona.

Datos de contacto:

https://blog.mentelex.com/dr-jaume-guilera/

Bibliografía 

Bugden, S., Peters, L., Nosworthy, N., Archibald, L., & Ansari, D. (2021). Identifying Children with Persistent Developmental Dyscalculia from a 2‐min Test of Symbolic and Nonsymbolic Numerical Magnitude Processing. Mind, Brain, and Education15(1), 88-102.

Daker, R. J., Gattas, S. U., Sokolowski, H. M., Green, A. E., & Lyons, I. M. (2021). First-year students’ math anxiety predicts STEM avoidance and underperformance throughout university, independently of math ability. npj Science of Learning6(1), 1-13.

Judd, N., & Klingberg, T. (2021). Training spatial cognition enhances mathematical learning in a randomized study of 17,000 children. Nature Human Behaviour, 1-7.

Kersey, A. J., Csumitta, K. D., & Cantlon, J. F. (2019). Gender similarities in the brain during mathematics development. npj Science of Learning4(1), 1-7.

Pizzie, R. G., McDermott, C. L., Salem, T. G., & Kraemer, D. J. (2020). Neural evidence for cognitive reappraisal as a strategy to alleviate the effects of math anxiety. Social cognitive and affective neuroscience15(12), 1271-1287.

Vogel, S. E., & De Smedt, B. (2021). Developmental brain dynamics of numerical and arithmetic abilities. npj Science of Learning6(1), 1-11.

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