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Tus hijos a prueba de traumas: herramientas para los padres

En el libro “Tus hijos a prueba de traumas” los autores Levine y Kline intentan dar herramientas para que los niños puedan estar más preparados para superar los traumas de la vida y que sean más alegres, positivos y resilentes. Las causas de los traumas en la edad infantil pueden ir desde accidentes de trafico a un divorcio de los padres. Pero, muchas veces, las consecuencias de diferentes traumas son las mismas, el niño se siente impotente y abrumado ante la situación. Además, el trauma se suele complicar con la avalancha de las reacciones de miedo y ansiedad del niño. Por eso es tan importante prepararlos para gestionar sus emociones y aprender a pedir ayuda cuando se sientan desbordados. En los traumas fuertes, el niño puede perder el contacto con las propias emociones. Entonces se reprimen o se niegan las propias emociones, y aparecen miedos a las propias emociones. Estos miedos se expresan con conductas raras o inexplicables, que pueden llegar a repetirse y volverse conductas habituales.  Con el tiempo, estas conductas se pueden volver involuntarias. Muchas veces el trauma frena la evolución emocional normal del niño. Por eso es importante que los niños trabajen su capacidad de afrontar los traumas y aumenten su resiliencia, es decir, nuestras defensas emocionales ante cualquier tipo de evento que nos haga sufrir de forma grave.

CB_tus_hijos trauma.inddUna de las primeras defensas delante de la ansiedad generada por el trauma en los niños es la somatización de la ansiedad. Podríamos definir la somatización como la respuesta fisiológica de nuestro organismo ante un dolor emocional intenso. Las somatizaciones pueden ir desde el dolor de cabeza a fiebre inexplicable. El cuerpo tiene muchos mecanismos para expresar lo que la mente siente. El miedo continuo o un estrés crónico suelen ser causa de cansancio y vuelven al niño mucho más dependiente de su entorno. Hay que recordar que los traumas desencadenan en el cuerpo una reacción fisiológica, con un aumento de la adrenalina y el cortisol (hormonas segregadas en situaciones que el cuerpo interpreta como amenaza o estrés), que sirven para que el cuerpo se pueda defender mejor de la agresión física (hace pocos siglos los peligros físicos, como el ataque de un lobo, eran mucho más probables).

Este ataque físico desencadena una respuesta de lucha o huida, que es la manera más primitiva de elección y que es característica en todos los animales. A veces, sin embargo, si el cerebro no puede decidir, se desencadena una parálisis del cuerpo. Hay que recordar que debajo de esa parálisis hay una gran carga de adrenalina, que es importante que se libere hacia afuera. Cualquier deporte que el niño pueda practicar con regularidad es una ayuda importante.

Como plantea el autor Boris Cyrulnik, en sus estudios sobre el sufrimiento infantil, una de las claves para superar los traumas es que el niño encuentre una figura adulta de referencia emocional en su entorno. Cualquier niño pequeño que se cae de la bicicleta, lo primero que busca es la mirada del padre o la madre. Generar un vínculo seguro con el niño es una de las mejores herramientas que tienen los padres para que sus hijos superen mejor los traumas.En este vídeo (https://www.youtube.com/watch?v=qaXcjExnhbM&t=9s) se ve la importancia de que el niño perciba que ante cualquier problema siempre será ayudado, y que tendrá amor incondicional por parte de sus cuidadores.  Desde el vínculo seguro, el niño puede generar un relato de la experiencia que le ayude a entenderla, asimilarla y superarla.

No hay que olvidar que el trauma funciona muchas veces como una fuente de condicionamiento y de aprendizaje. Hay miles de niños que después de intoxicarse con un alimento, no lo pueden volver a comer nunca más en la vida. Con los años, se puede llegar a olvidar el episodio de intoxicación, pero la fobia al alimento en concreto, o simplemente, el negarse a comerlo porque no nos gusta, es todo lo que queda.

Normalmente, los traumas crean una brecha entre el cuerpo y la mente. Las sensaciones corporales son negadas o reprimidas, nuestro cuerpo guarda el trauma en un cajón hermético para que ni sintamos ni recordemos nada de lo vivido. Por eso, los padres que quieren volver a sus hijos más resilentes, tienen que aprender a observar las respuestas corporales del niño y ayudarle a volverse más consciente de esas respuestas. La idea es aprender a resonar con las emociones del niño. También podemos decir que es hacer un esfuerzo por ser más empático con sus emociones.

Autor: Jaume Guilera, David Cueto

Bibliografía

Bretherton, I. (1992). The origins of attachment theory: John Bowlby and Mary Ainsworth. Developmental psychology, 28(5), 759.

Jansen, A. S., Van Nguyen, X., Karpitskiy, V., Mettenleiter, T. C., & Loewy, A. D. (1995). Central command neurons of the sympathetic nervous system: basis of the fight-or-flight response. Science, 270(5236), 644-646.

Levine, P. A., Kline M. El trauma visto por los niños. ELEFTHERIA, 2016.

Waldinger, R. J., Schulz, M. S., Barsky, A. J., & Ahern, D. K. (2006). Mapping the road from childhood trauma to adult somatization: the role of attachment. Psychosomatic medicine, 68(1), 129-135.

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