Tratamiento de la Ansiedad infantil
Los problemas de ansiedad infantil pueden afectar a la vida diaria de los niños en diversas áreas (casa, colegio, y actividades extraescolares). Su presencia suele afectar a toda la familia, y escenas rutinarias como salir al colegio por las mañanas pueden convertirse en situaciones estresantes. Esto suele desembocar en gritos, amenazas, castigos, y llantos. En definitiva, un bucle de conflictos que parece no tener fin.
La ansiedad infantil se trata del trastorno con mayor incidencia, con algunos estudios que indican que su prevalencia va desde el 3 hasta casi el 25% de la población infantojuvenil (Cartwright-Hatton, McNicol, & Doubleday, 2006).
Los trastornos ansiosos diagnosticados más comunes suelen ser:
- la ansiedad por separación,
- fobias específicas (como evitar a toda costa ir al colegio),
- trastorno obsesivo-compulsivo,
- estrés postraumático,
- ataques de pánico con o sin agorafobia.
Aunque con algunos síntomas clínicos diferentes, este conjunto de trastornos suele tener una característica en común: un umbral de alerta del sistema nervioso (eje hipotalámico-pituitario-adrenal) demasiado sensible a estímulos del entorno. Además, debido a este bajo umbral, se produce una segregación de cortisol más alta de lo normal. El cortisol es la hormona encargada de hacer funcionar el sistema de alerta del cerebro (Faravelli et al., 2012).
Con estos datos, es recomendable realizar un abordaje lo más temprano posible de la ansiedad infantil, por los siguientes motivos (Carter, Silverman, Allen, & Ham, 2008):
- Suele ser sufrida en silencio por el niño o niña, pero produce un malestar significativo en su vida.
- No desaparece por sí misma.
- Actúa como factor de riesgo para la aparición de otros trastornos en los años siguientes (depresión, abuso de sustancias,….).
Por ello, los profesionales recomiendan realizar una abordaje temprano y multimodal, y poder mejorar el pronóstico del trastorno por ansiedad infantil y disminuir los riesgos asociados.
Tratamiento psicológico y farmacológico
Abordaje psicológico
La terapia cognitivo-conductual es el tratamiento con más evidencia científica para los trastornos de ansiedad (Kendall, 2012). Ésta consta de cuatro áreas de intervención:
- Conductas: Se realizan técnicas de exposición a estímulos aversivos tanto en sesión como fuera de ella, remarcando las consecuencias positivas en los esfuerzos con éxito (recompensas).
- Cognición: Estrategias en el procesamiento de la información o el auto-diálogo interno.
- Emociones: se trabaja la importancia en la expresión de las emociones y en el reconocimiento de las mismas.
- Social: Trabajo conjunto con padres, escuela, amigos etc.
También podemos resumir los pasos progresivos de la terapia cognitivo-conductual en los siguientes cinco puntos (Hamilton, Kendall, Gosch, Furr, & Sood, 2008):
- Psicoeducación sobre el concepto de ansiedad y de las situaciones temidas.
- Reestructuración cognitiva adaptada a cada etapa del desarrollo, con herramientas dirigidas a disminuir los pensamientos desadaptativos y mejorar las técnicas de afrontamiento a las situaciones temidas.
- Técnicas de manejo de síntomas somáticos, dirigidas sobretodo a entender la activación del sistema nervioso autónomo y a la reacción fisiológica consiguiente (taquicardia, sudoración,….).
- Técnicas de exposición gradual, sistemática y controlada a estímulos aversivos.
- Programa de prevención de recaídas para consolidar y mantener las mejoras afianzadas en la terapia.
Los cinco pasos anteriores, adaptados para niños, se pueden resumir con el acróstico «STOP»:
- Scared? (¿asustado?)
- Thoughts (pensamientos)
- Other thoughts or other things I can do (alternativas a esos pensamientos u hechos)
- Praise (alabanza, refuerzo)
Abordaje con Medicación
El estudio CAMS (Child/Adolescent Anxiety Multimodal Study) duró 6 años con seguimiento continuado de casi 500 niños y adolescentes y es uno de los estudios más ambiciosos realizados hasta la fecha sobre trastornos de ansiedad en la infancia/adolescencia (Compton et al., 2010). Su conclusión especificó que la combinación de terapia cognitivo conductual y medicación es el abordaje más exitoso. Nunca se debe dar una medicación sin un seguimiento continuado y terapia cognitiva-conductual; y una intervención psicoeducativa por sí sola a veces tampoco puede producir los resultados esperados.
Autor: David Cueto, Jaume Guilera
Posts relacionados:
Resiliencia y Flexibilidad Cognitiva
Referencias
Carter, R., Silverman, W. K., Allen, A., & Ham, L. (2008). Measures matter: The relative contribution of anxiety and depression to suicidal ideation in clinically referred anxious youth using brief versus full length questionnaires. Depression and anxiety, 25(8), 27-35.
Cartwright-Hatton, S., McNicol, K., & Doubleday, E. (2006). Anxiety in a neglected population: Prevalence of anxiety disorders in pre-adolescent children. Clinical psychology review, 26(7), 817-833.
Compton, S. N., Walkup, J. T., Albano, A. M., Piacentini, J. C., Birmaher, B., Sherrill, J. T., … & Iyengar, S. (2010). Child/adolescent anxiety multimodal study (CAMS): Rationale, design, and methods. Child and adolescent psychiatry and mental health, 4(1)
Hamilton, J. D., Kendall, P. C., Gosch, E., Furr, J. M., & Sood, E. (2008). Flexibility within fidelity. Journal of the American Academy of Child & Adolescent Psychiatry, 9(47), 987-993
Faravelli, C., Lo Sauro, C., Lelli, L., Pietrini, F., Lazzeretti, L., Godini, L., … & Ricca, V. (2012). The role of life events and HPA axis in anxiety disorders: a review. Current pharmaceutical design, 18(35), 56-63.
Kendall, P.C., «Anxiety disorders in youth.» Child and adolescent therapy: Cognitive-behavioral procedures 4 (2012): 143-189.