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La dislexia es un trastorno específico del aprendizaje que afecta la lectura. Se caracteriza por la dificultad con el reconocimiento de palabras con precisión y/o fluidez, y por habilidades de decodificación y ortografía deficientes. Estas dificultades suelen resultar de un déficit en el componente fonológico del lenguaje.

La dislexia es un trastorno neurológico que afecta la forma en que el cerebro procesa el lenguaje escrito. Es una condición de por vida, pero con las intervenciones y el apoyo adecuados, las personas con dislexia pueden aprender a leer y deletrear, y pueden lograr el éxito en la escuela y en su vida profesional.

Los síntomas de la dislexia pueden incluir

  • dificultad para reconocer palabras,
  • dificultad para descifrar palabras,
  • dificultad para leer con fluidez,
  • dificultad con la ortografía
  • dificultad para aprender vocabulario nuevo.

La dislexia generalmente se diagnostica mediante una evaluación psicológica, que puede incluir la evaluación de las habilidades de lectura, escritura y ortografía, así como la inteligencia y el rendimiento académico.

La dislexia es un trastorno del desarrollo que se caracteriza por problemas en el procesamiento fonológico y aprendizaje posterior a partir de este, con la consiguiente dificultad en la adquisición de la lectura.

Existe cierto consenso en la comunidad científica en que las causas neurobiológicas serían un déficit del procesamiento fonológico, que tendría por ejemplo ciertas características:

  • Identificar y extraer fonemas del lenguaje hablado.
  • Establecer y mantener representaciones basadas en esos fonemas en nuestra memoria.
  • Recodificar unidades ortográficas (grafemas) en representaciones basadas en sonidos (fonemas).

Estudios genéticos realizados con personas con este diagnóstico muestran que la dislexia es un rasgo familiar con un grado de heredabilidad de moderado a alto (Gialluisi et al., 2020). Además, en estudios con neuroimagen se puede apreciar un procesamiento fonológico diferente (en las zonas subcorticales del cerebro encargadas de ello) en personas diagnosticadas con dislexia comparado con las que no.

También se ha visto que las representaciones fonémicas y fonológicas subléxicas son bastante pobres en niñas y niños con antecedentes familiares de dislexia, pero no parece que se pueda predecir de manera totalmente fiable un diagnóstico de dislexia. 

Procesos neurológicos en el aprendizaje de la lectura

En nuestro cerebro, los circuitos y áreas involucradas en el proceso del aprendizaje de la lectura son principalmente la parte inferior izquierda del lóbulo frontal, la zona dorsal parieto-temporal (incluidos los giros supramarginal y superior temporal) y las áreas posteriores e inferiores del lóbulo temporal, en donde entrarían también el área fusiforme y el giro medio temporal (Ligges, Ungureanu, Ligges, Blanz, & Witte, 2010).

En cuanto a las funciones específicas en el procesamiento fonológico, podríamos dividirlas por:

  • Las zonas superiores del lóbulo temporal procesan la conversión grafema a fonema
  • La franja inferior del lóbulo frontal que serviría como sistema de entrenamiento fonológico.

Por todo ello, en el estudio de la dislexia, uno de los mayores puntos de interés en el cerebro sería toda la red y los circuitos temporo-espaciales.

 

Balance hemisférico

En los primeros años del aprendizaje de la lectura, el balance hemisférico encargado de las representaciones fonológicas va sufriendo cambios de manera progresiva. Esto es debido a que normalmente el hemisferio derecho se desarrolla y madura antes que en el izquierdo. Por ello, en niños sin problemas en el procesamiento del lenguaje, las respuestas a estímulos auditivas son recibidas primero en el hemisferio derecho que el izquierdo.

En general, los niños de menor edad muestran activación bilateral en el aprendizaje fonológico, pero con una dominancia progresiva en el hemisferio izquierdo según vayan cumpliendo años. Este cambio hacia el hemisferio izquierdo en dicho procesamiento podría ser debido a un desarrollo de mecanismos específicos de aprendizaje de los que estaría más especializado el hemisferio izquierdo (por ejemplo, el aprendizaje basado en categorías fonémicas abstractas).

En estudios de neuroimagen también se ha visto como tanto en niños y adultos disléxicos existe una hipoactivación del hemisferio izquierdo y una hiperactivación en áreas temporales del hemisferio derecho durante tareas de procesamiento léxico y memoria de trabajo de tipo fonológico (Xu, Yang, Sion & Tan, 2015). Este déficit fonológico de las personas con dislexia se podría explicar por un menor nivel funcional de las áreas superiores temporales, ya que estas tareas requieren de diversas competencias para realizar las operaciones mentales para generar la conceptualización en nuestro cerebro del lenguaje hablado (manipulación, recuperación, almacenamiento).

Aún así, habría que matizar que el usar áreas del hemisferio derecho en el procesamiento fonológico no es una característica exclusiva de las personas con dislexia, ya que se ha visto que estas se activan en personas sin dislexia cuando tienen que realizar tareas de lectura que tengan un elevado grado de dificultad (como leer pseudopalabras con gran número de sílabas). Podríamos decir que las áreas del hemisferio izquierdo encargadas del procesamiento fonológico tendrían menor capacidad de funcionamiento que sería la causa de este déficit. Esta sobrecompensación en zonas del hemisferio derecho podría explicar el mayor tiempo que necesitan para comprender la información escrita las personas diagnosticadas de dislexia.

Déficit fonológico en la aparición de la dislexia

Actualmente existe cierto debate sobre cual sería la causa del déficit fonológico, dependiendo del tipo de población y de que tipo de técnica de neuroimagen se utiliza para ver la activación cerebral.

  • En niños en riesgo de desarrollar dislexia por antecedentes familiares sería por una menor capacidad de conceptualización del lenguaje hablado.
  • En adultos se ha visto que existe un acceso deficiente a esas conceptualizaciones (recuperación).

Una de las claves de esta polémica es que los resultados encontrados en estudios con neuroimagen en adultos no se podrían generalizar en niños, ya que el procesamiento cortical de los fonemas se sigue desarrollando hasta ya entrada la adolescencia (Vandermosten et al., 2020).

En diversos estudios, se ha visto que la dislexia podría estar relacionada por fallos en las conexiones entre la parte del lóbulo temporal del hemisferio izquierdo y las zonas del lóbulo frontal encargadas por el mantenimiento y acceso de representaciones de percepciones motoras, claves para el procesamiento fonológico.

Estos déficits fonológicos existirían en las siguientes habilidades

  • Conciencia fonológica: capacidad de manipular unidades del habla.
  • Memoria de trabajo: capacidad de manipular la información auditiva.
  • Velocidad de recuperación del almacén léxico: velocidad más relacionada con la memoria a largo plazo. 

La adquisición del vocabulario depende en gran medida del almacenamiento fonológico. Por ello, cualquier tipo de problemas en este almacenamiento podría ser la causa de un peor aprendizaje de palabras nuevas, así como la repetición de pseudopalabras. 

 

Autor:

El Psicólogo General Sanitario, David Cueto Marcos, se formó en la Universidad de Oviedo y cursó un Postgrado en Psicopatología Clínica por la Universidad de Barcelona. Colabora desde hace años en CEPTECO (León) y en el Despacho Dr. Guilera (Barcelona) en áreas de aprendizaje infantil, dislexia y trastornos clínicos de ansiedad en adolescentes. Además colabora con la UB como tutor de prácticas y mantiene una actividad educativa y divulgativa desde diferentes blogs, como autor de libros y asesorando a diferentes colegios del área de Barcelona.

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Otros fuentes de información:

Avances en la investigación sobre la dislexia evolutiva: diversidad, especificidad e intervención

Bibliografía

Boets, B., de Beeck, H. P. O., Vandermosten, M., Scott, S. K., Gillebert, C. R., Mantini, D., Bulthé, J., Sunaert,S., Wouters, J.& Ghesquière, P. (2013). Intact but less accessible phonetic representations in adults with dyslexia. Science342(6163), 1251-1254.

Gialluisi, A., Andlauer, T. F., Mirza-Schreiber, N., Moll, K., Becker, J., Hoffmann, P., … & Schulte-Körne, G. (2020). Genome-wide association study reveals new insights into the heritability and genetic correlates of developmental dyslexia. Molecular psychiatry, 1-14.

Ligges, C., Ungureanu, M., Ligges, M., Blanz, B., & Witte, H. (2010). Understanding the time variant connectivity of the language network in developmental dyslexia: new insights using Granger causality. Journal of Neural Transmission117(4), 529-543.

Nora, A., Renvall, H., Ronimus, M., Kere, J., Lyytinen, H., & Salmelin, R. (2021). Children at risk for dyslexia show deficient left-hemispheric memory representations for new spoken word forms. NeuroImage229, 117739.

Vandermosten, M., Correia, J., Vanderauwera, J., Wouters, J., Ghesquière, P., & Bonte, M. (2020). Brain activity patterns of phonemic representations are atypical in beginning readers with family risk for dyslexia. Developmental science23(1), e12857.

Xu, M., Yang, J., Siok, W. T., & Tan, L. H. (2015). Atypical lateralization of phonological working memory in developmental dyslexia. Journal of Neurolinguistics33, 67-77.

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